Es un entrenamiento visual, en el que se pretende corregir o mejorar determinadas disfunciones específicas de la visión identificadas anteriormente en un examen optométrico. El planteamiento de este entrenamiento es personalizado y adecuado a cada paciente, dado que se ha de trabajar para resolver unos problemas muy concretos. Por ello, se plantean ejercicios que abarcan diferentes aspectos como: el enfoque, la capacidad de mantener los ojos alineados y la coordinación de ambos ojos a la hora de realizar movimientos, entre otros parámetros.
Los síntomas más comunes de las disfunciones a tratar mediante Terapia Visual en un niño o adulto son los siguientes:
Visión borrosa en visión lejana o cercana.
Dificultades de concentración.
Picor de ojos / Ojos rojos.
No puede mantener la lectura / escritura durante más de 10 minutos.
Después de realizar una tarea en visión de cerca, al levantar la mirada ve borroso, y viceversa.
Dolor de cabeza.
Incomodidad y fatiga asociadas a tareas en visión de cerca.
Las palabras parecen moverse en el texto.
Necesidad de guiñar un ojo.
Visión doble tanto de lejos como de cerca.
Con la terapia visual podemos:
Mejorar la eficiencia visual, eliminando o disminuyendo problemas causados por el funcionamiento defectuoso de alguna habilidad visual, como: dolor de cabeza, mareos, falta de concentración, picor de ojos, vista cansada, posiciones corporales incorrectas, dolor de cuello, etc.
Restaurar funciones binoculares en estrabismos, consiguiendo usar ambos ojos de forma coordinada y sincronizada.
